Sospechas asedian a líder oficialista peruano pese respaldos
viernes, 16 de abril de 2010
16 de abril de 2010, 11:26Lima, 16 abr (PL) Las sospechas de corrupción siguen asediando hoy al dirigente del gobernante Partido Aprista Jorge del Castillo, luego que el presidente de Perú, Alan García, y figuras de la organización matizaron el apoyo que le otorgan.
Los cuestionamientos ponen un gran signo de interrogación sobre la aspiración de Del Castillo de ser candidato presidencial aprista en las elecciones generales de 2011.
El mandatario avaló a Del Castillo; al ministro de Defensa, Rafael Rey; al secretario del palacio de gobierno, Luis Nava, y al jefe de la policía, general Miguel Hidalgo, pero puso condiciones a ese espaldarazo cuando los reporteros le preguntaron sobre la posibilidad de acusaciones contra el dirigente.
Señaló que, si se demuestra que quien llamó su compañero y hermano incurrió en corrupción, le retiraría la amistad y admitió que no solamente hay que ser honrado sino parecerlo.
Afirmó que fue un error de Del Castillo haberse reunido, cuando era primer ministro, con el empresario dominicano Fortunato Canaán, aunque alegó que lo hizo para promover inversiones.
Canaán, quien fue recibido también por García, como muchos otros inversionistas, utilizaba una red de corrupción encabezada por el hoy encarcelado Rómulo León, ex ministro del primer gobierno (1985-90) de García.
Los contactos de del Castillo con Canaán y León determinaron su salida del gobierno tras la difusión por la prensa de grabaciones de conversaciones telefónicas que pusieron en evidencia gestiones indebidas de la red.
El diario Perú 21 contrastó el apoyo rotundo del presidente a Nava, Rey e Hidalgo, con su cautela ante la posibilidad que el ex primer ministro esté comprometido en irregularidades en una concesión petrolera, uno de los principales negocios que promovía León.
Gisellle Gianotti, gerente de la empresa Bussines Track, que espió a la red, acusó la semana pasada a Del Castillo de haber tratado con Canaán y León sobre el financiamiento a su campaña presidencial.
Rey intercambió con León mensajes de correo electrónico sobre temas arancelarios a favor de intereses empresariales y García alegó que tal vez lo hizo por cortesía.
Según Gianotti, los hijos de Nava trabajaban para una empresa petrolera a la que servía la red de León, pero García defiende la decencia de su hombre de confianza.
Hidalgo es acusado por Gianotti de haber manipulado las investigaciones y haberla presionado para que culpe a una empresa petrolera por el espionaje, y el presidente argumenta que el general es incorruptible.
El jefe policial salió esta semana librado de una suspensión por dos años que le aplicó una junta de generales por haberse protagonizado un escándalo público de infidelidad conyugal, prohibida por un insólito reglamento policial.
En forma insólita, la justicia castrense asumió el caso un día antes de ese dictamen y decidió procesar a Hidalgo sin que deje la jefatura de la policía.
La posición de Del Castillo parece más expuesta, pues dos importantes figuras del Partido Aprista pusieron en duda la firmeza del apoyo que la dirección de la organización le brindó esa semana.
El secretario general institucional del aprismo, Omar Quesada, de la misma jerarquía que Del Castillo, advirtió que el partido no será utilizado para la defensa de ningún militante y dijo que el ex premier debe dar explicaciones ante la Comisión Política de la organización.
La ministra de la Mujer, Nidia Vílchez, manifestó molestia porque los problemas de algunos militantes el Partido Aprista sea vinculado con el escándalo reseñado, en referencia a Del Castillo y a Hernán Garrido, ex ministro de Salud y Vivienda, también involucrado en el caso.
"Si hay alguna vinculación personal, sea de Garrido o Del Castillo, tendrán que responder de manera individual", señaló, a tiempo de sostener que el aprismo no protege ni pone las manos al fuego por nadie.
El presidente García, por otra parte, ha emplazado al poder judicial y al ministerio público a que pioritariamente identifiquen y sancionen a quienes pagaron a Bussines Track por el espionaje telefónico y electrónico.
La legisladora nacionalista Marisol Espinoza acusó al mandatario de pretender desviar la atención sobre lo fundamental, investigar los indicios de corrupción en el gobierno encontrados en los registros de esa empresa.
Entretanto, el Congreso acordó formar una comisión multipartidaria para investigar la escandalosa pérdida de parte de las evidencias encontradas en Bussines Track, en la que había, según Gianotti, elementos que comprometían a Del Castillo y otros personajes.
lma/mrs
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