Bolivia baraja solicitar a la Organización Mundial de la Salud
(OMS) un estudio sobre la coca que ayude al país en su proceso para
lograr la despenalización de la ancestral costumbre de masticar las
hojas de coca, indicaron hoy en Viena fuentes del Gobierno boliviano.
Bolivia propuso en 2009 una enmienda para eliminar la obligación de
abolir esa práctica denominada "acullicu", prevista en la Convención
Única de la ONU sobre Estupefacientes de 1961, mediante la eliminación
de dos provisiones en el artículo 49 del documento.
La
Convención considera a la hoja de coca un estupefaciente y estableció
que su masticado quedara prohibido dentro de los veinticinco años
siguientes a la entrada en vigor de ese tratado.
Un total de
18 países notificaron el pasado enero al Consejo Económico y Social de
la ONU (Ecosoc) que no aceptaban la enmienda, entre ellos EE.UU., Rusia,
Japón, Reino Unido, Italia, Francia y Alemania, además de México, el
único país latinoamericano en oponerse a la iniciativa de La Paz.
"La legalización del 'acullicu' es irrenunciable, es un mandato del
pueblo boliviano porque lo reconoce la nueva Constitución del Estado.
Por tanto, no se descarta solicitar a la OMS un estudio científico para
demostrar si la hoja de coca es nociva o no", dijo hoy Felipe Cáceres,
viceministro boliviano de Defensa Social.
"Esto ayudaría a que los países miembros tengan una opinión más objetiva, más real", agregó Cáceres en declaraciones a Efe.
El Ecosoc, en una reunión el próximo mes de julio en Ginebra, deberá
decidir sobre la petición boliviana, con la posibilidad incluso de
convocar una conferencia internacional para discutir la enmienda.
"Bolivia apuesta por el diálogo, por este proceso de concertación,
para que, en algún momento, los países miembros de Naciones Unidas nos
pongamos de acuerdo", indicó Cáceres El viceministro boliviano,
quien participó esta semana en la Comisión de estupefacientes de la ONU
en Viena, que concluye hoy, señaló que esa costumbre, que se practica,
además de en Bolivia, en Perú, el norte de Argentina, Ecuador, Colombia y
norte de Chile, "no hace ningún daño a la salud".
"La hoja de
coca en su estado natural no es droga, no es cocaína, y los que tenemos
esta costumbre de acullicar no somos unos drogodependientes", subrayó.
"En Bolivia respetamos los convenios internacionales (sobre drogas).
Bolivia es un país activo en la Oficina de Naciones Unidas contra las
drogas y el Delito (ONUDD), pero también tenemos esta situación
cultural", afirmó.
El viceministro reiteró el pleno compromiso
de su país en la lucha contra el narcotráfico y reiteró que la
Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas ampara costumbres
ancestrales dotadas de gran valor como el "acullicu".
También aseguró que la delegación boliviana se reunió en Viena con representantes de diversos países para informarles sobre los detalles de la propuesta boliviana.
Cáceres manifestó que algunos países como Alemania y Reino Unido, entre otros, "todavía están dispuestos a escuchar, a dialogar para en el futuro corregir el error que cometió Naciones Unidas al incorporar la hoja de coca a la lista I de estupefacientes".
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